En diciembre, más de dos docenas de feligreses se reunieron en Bryant Park de Traverse City para orar, cantar y caminar en procesión a la Iglesia de Immaculate Conception para la Celebración Eucarística. En el camino, llevaron sus intenciones personales junto con una gran estatua de Nuestra Señora de Guadalupe. Eran la Antorcha Guadalupana organizadas anualmente por la comunidad local de Católicos Hispanos.
“Hemos tenido la Antorcha Guadalupana durante al menos 10 años”, dice Alberto Trujillo, quien lidera el grupo desde hace aproximadamente siete años. “Este año”, se ríe, “¡me olvidé de traer la antorcha!”. La ausencia de la antorcha (que simboliza la esperanza) no apagó el ánimo de los fieles que llevaban sus intenciones de oración junto con la estatua.
El origen de la tradición de la antorcha peregrina se remonta a la Ciudad de México, donde se llevaba fuego a los pueblos desde la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, el sitio donde, en 1531, la Santísima Virgen se apareció varias veces a San Juan Diego. A ese milagro se le atribuye la conversión de muchos millones de almas, haciendo de Nuestra Señora de Guadalupe un gran signo de esperanza y el motivo para que el Papa Pío XII la nombrara Patrona de las Américas en 1945.
Entre los que caminaron junto a los peregrinos estaba el padre Wayne Dziekan, un defensor de la comunidad hispana en la Diócesis de Gaylord y administrador de la recién establecida Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe en Traverse City. Él, en coordinación con Silvia Cortés-López, Directora del Ministerio Hispano, y Gladys Muñoz del Centro de Defensa de Justicia y Paz, ayudan a atender las necesidades de esta población diversa. Pero las necesidades son grandes y los recursos limitados.
“Es una población en gran medida invisible”, explica el Padre Wayne. “Y hay muchas variables. Tenemos familias bien establecidas, personas que llevan poco tiempo aquí y personas que acaban de llegar”.
“El idioma suele ser una barrera”, añade, “y las diferencias culturales pueden representar una gran dificultad para los inmigrantes que intentan navegar los sistemas médicos, legales o gubernamentales locales con los que no están nada familiarizados”.
Algunos piensan que el Ministerio Hispano de la diócesis se ocupa sólo de las necesidades sacramentales, dice el Padre Wayne. “Pero también hay una necesidad de interpretación cultural y asistencia legal, de inmigración y médica. Esto es lo que significa ser el Cuerpo de Cristo. Literalmente, todos somos hermanos y hermanas, y eso significa no solo ir a la casa de alguien para una visita, sino ayudarlos a lo largo de su vida, especialmente en los momentos críticos, como cuando surgen problemas de inmigración o un niño se enferma repentinamente”.
Desde su oficina en la Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe, Silvia Cortés-López ayuda a las familias de innumerables maneras, como con la enseñanza del catecismo, ayudando a las personas a navegar el papeleo o los sitios web, preparando a las mujeres jóvenes para su Quinceañera, impartiendo clases y tomando parte de reuniones sociales.
Como intérprete médica certificada, la asistencia de Gladys Muñoz es invaluable para las familias que enfrentan problemas relacionados con la atención médica. Imagine dar a luz en un país extranjero o que un médico le explique un problema médico complejo en su idioma no nativo. Al traducir el plan de atención del equipo médico, Gladys puede ayudar a reducir parte de la ansiedad durante un tiempo habitualmente muy estresante.
Es probable que todos en este equipo admitan sentirse faltos de personal, pero se consuelan al saber que su trabajo hace una diferencia significativa en las vidas que pueden tocar.
“Necesitamos atender las necesidades de la persona en su totalidad: cuerpo, mente y espíritu”, dice el padre Wayne, “y esto implica una gran inversión de tiempo”.
La Diócesis de Gaylord inició un Ministerio Hispano hace 30 años. A lo largo de los años, la demografía de la comunidad hispana en nuestra área ha cambiado. Anteriormente, familias extendidas/multigeneracionales viajaban juntas a los lugares de trabajo. Esto permitió al ministerio hispano viajar a los campamentos, reunirse con alguien que permanecía ahí durante el día y programar una reunión en la que todos los miembros de la familia pudieran estar presentes. Ahora, sin embargo, es más común que los hombres vengan a los Estados Unidos a trabajar solos y no son una población fácil de atender.
“Los hombres a menudo trabajan turnos extra para ganar dinero extra”, dice el padre Wayne. “Cuando regresan al campamento es tarde, están cansados y hambrientos y no es el momento ideal para discutir su fe”.
Antes de mudarse de México a los Estados Unidos cuando era joven, Silvia ejerció como trabajadora social. Recuerda estar preocupada por las mujeres y los ancianos que tenían que valerse por sí mismos, mientras muchos hombres en edad laboral trabajaban en el extranjero. Más tarde, cuando se mudó a los Estados Unidos y vio las dificultades de los hombres que estaban lejos de sus familias, su cultura y su idioma, también sintió compasión por ellos.
Muchos trabajadores carecen de su propio medio de transporte, e incluso si lo tuvieran, lamenta el Padre Wayne, a menudo no están familiarizados con su lugar de trabajo en relación con lo que les rodea.
Un punto luminoso en el Ministerio Hispano es la recién establecida Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe. La Misa se celebra en español todos los domingos a las 5 pm, con el Padre Wayne como el celebrante habitual.
La Capilla se encuentra en el condado de Leelanau, que tiene una población significativa de personas hispanas, pero también está cerca de Traverse City. El edificio cuenta con un salón de clases y espacio para reuniones, una cocina completa y una oficina para Silvia. El espacio para las celebraciones litúrgicas tiene capacidad para unas 100 personas.
Dado que la población a la que sirve la Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe es en parte transitoria, la permanencia del lugar es importante. El conocimiento de esta se expande boca a boca.
Aunque Jenn Pedroza está registrada en la parroquia de Christ the King en Acme, sus hijas recibieron su formación para su Quinceañera con Silvia en esta Capilla.
“La capilla significa mucho para nosotros porque nos brinda un hogar cultural y una comunidad para traer a nuestros hijos y enseñarles la espiritualidad y las tradiciones mexicanas”, explica Jenn.
La Misa en español tiene un valor particularmente importante para las 50-75 familias que acuden a la Capilla. Silvia, quien ha vivido en los Estados Unidos por muchos años, comenta: “Todavía no me atrevo a decir, ‘Señor, no soy digna de que entres en mi casa’ en inglés; tiene que ser en español.”
La visión de Silvia es la siguiente: “Nuestra Madre de Guadalupe nos enseñó a reconocernos como hermanos y hermanas, unidos en la misma fe. Eso me hace soñar que podría ser igual aquí, en la Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe”.
Todos son bienvenidos a aasistir a la misa en español de las 5 pm en la Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe se encuentra en 9105 E. Fouch Road en Traverse City, cerca de las intersección de County Road 633.
Las personas interesadas en involucrarse en el ministeri hispano pueden comunicarse con el Padre Wayne Dziekan wdziekan@dioceseofgaylord.org