Mi nombre es Sergio José Cárdenas Flores, nacido en Nicaragua, mi ocupación camarógrafo, trabajo para la iglesia católica en la Diócesis de Matagalpa. Tengo la edad de 33 años casado civil y una hija (2 años).
¿Ahora te preguntas que hago en Michigan-Estados Unidos? Quiero hacerte una pequeña introducción de lo que pasa en mi país.
Nicaragua en Abril 2018, estallaron protestas, un reclamo contra la reforma al sistema de seguridad social, desembocó en una serie de manifestaciones contra el gobierno de Daniel Ortega que lo ejecuta como un golpe de estado, dejó cientos de muertos y detenidos y miles desplazados. La Iglesia Católica fue la mediadora de todo, para que se llevara a un acuerdo de paz, entre el gobierno y el pueblo.
El Gobierno nicaragüense ha calificado de “golpistas” y “terroristas” a la Iglesia Católica en Nicaragua por defender los derechos humanos, incluso en unas de sus últimas intervenciones llamó al Papa Francisco y a la Iglesia Católica como una mafia.
En agosto 04, 2022, me dirijo a mi centro de trabajo, a la transmisión de una eucaristía, era jueves… habían policías afuera de el lugar de la capilla del santísimo de la curia episcopal, no le tomé importancia. Estando adentro del santísimo la policía me dijo que me saliera, me revisaron, me dijeron que no podía entrar al santísimo, a la transmisión.
El Obispo Rolando Álvarez de la diócesis de Matagalpa, salió de la curia a ver lo que estaba sucediendo , porque no nos dejaban entrar, unas personas cantaban afuera, un canto de cuaresma, Monseñor Álvarez decidió llevar el santísimo a las personas que cantaban y lloraban, la policía decidió cerrar las calles alrededor de la curia casi 200 metros a la redonda. Al final entramos todos a la capilla de la curia episcopal. Entramos a la curia, finalizó la transmisión a las 10:00AM, decidimos salir a otra transmisión a una parroquia que se llama San Juan Maria Vianney pero ahora la policía no nos dejo salir.
Estuvimos encerrados por 15 días en sobrevivencia sin ingreso a alimentos, solo lo que habia adentro que era poco… la policía ingreso por el techo de la curia, a las 3 de las mañana, por orden del gobierno de meternos en la cárcel. Así sucedió nos llevaron a la prision. A Monseñor Rolando Álvarez se lo llevaron a su casa de Managua casa por cárcel, y 7 personas mas, entre ellos 3 sacerdotes, 1 diacono, 2 seminaristas y un laico (yo). Durante el trayecto a la cárcel El Chipote fue difícil ir enchachados o esposasados con las manos detrás del cuello y agachado sin ver nada, aproximadamente 3 horas, sin zapatos, y sin camisas, llegamos a la prision nos desnudaron y hacer sentadillas en una pequeña cárcel de 1 metro cuadrado, luego nos llevaron a otra celda donde habia mucha luz, no podíamos dormir, era complicado, no sabíamos de la hora, el tiempo, etc. Pero siempre en todo momento estaba con animo y fortalezas de las oraciones de la personas, yo aunque estaba en prision, me sentía bien de mi mismo, me sentía tan seguro porque en mi mente y en mi corazón sabia que no había cometido ningún delito, ni faltarle el respeto a nadie. Simplemente hacia mi trabajo, la fuerza y valentía que tenia era de las oraciones de las personas, de los rosarios en silencio dentro de la cárcel, pero también creo que Dios nos mando a una misión en la cárcel especialmente a los sacerdotes, el resto de prisionero se arrodillaban y pedían la bendición de los sacerdotes mientras iban caminando por los pasillos, cuando estos se dirigían al área de sol, (el área de sol son 4 paredes encerradas sin ventanas ni nada solo el techo con barrotes viendo el cielo y solo que podíamos respirar un poco de aire fresco) son tantas cosas que quisiera escribir, esto que te digo es un resumen de mi causa por estar en la prisión.
Fui enjuiciado a 10 años de prision, me despojaron de la nacionalidad Nicaragüense. Un día por la noche oficiales corrían dentro de la prision, no entendíamos que pasaba, nos cambiaron de ropa porque teníamos el uniforme de la cárcel color azul. Nos sacaron febrero 09, 2023, a 222 personas, presos políticos, sacerdotes, etc, Llegaron 3 buses y no entendíamos nada, pensábamos que íbamos a otra prision llamada La Modelo, pero los buses giran y se metieron a la fuerza aérea de Nicaragua llegando al aeropuerto de Managua al pies de un avión, obligándonos a salir del país, obligándonos subir a un avión enviado por los Estados Unidos de America, para tener nuestra libertad, no como nosotros la queremos, pero al menos ya no estamos en prision. El obispo Monseñor Álvarez no decidió subirse al avión, dijo que se quedaba en su país, ni siquiera lo podimos ver, ni él a nosotros, desde entonces a él lo metieron en la cárcel llamada La Modelo y lo enjuiciaron a 26 años de cárcel.
Hoy quiero agradecerte por una sonrisa, un apretón de mano, un abrazo en este nuevo lugar de este país que nos abre las puertas, agradesco al Obispo de la Diócesis de Gaylord, Michigan, al Padre Wayne Dziekan y al Padre Kenneth Stachnik por su apoyo, cercanía y amistad, y solo te digo, “Gracias, Dios está con nosotros…”
