La historia de Joseling Karina Flores: yo era inmigrante y me acogiste

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Los nicaragüenses somos un pueblo de fe muy mariano, humilde, trabajador y resilientes, nuestra Señora de Cuapa, venerada en Nicaragua, en su mensaje nos invita a pedir la paz y vivir la paz junto al rezo del santo rosario con disciplina y meditación. Vivimos una situación muy difícil dada la persecución pero hemos aprendido a orar en silencio, a doblar rodillas y abrazar la cruz de dolor con amor y acompañar a Cristo en su camino al calvario con fe y la firme esperanza que celebraremos pascua de resurrección, con una Nicaragua Libre y renovada bajo  la luz del espíritu Santo.

Soy Joseling Karina Flores.  Tengo la edad de 30 años.  Soy licenciada en Mercadotecnia, esposa de Sergio Cardenas y Madre de Maryam Lucia.  Uno de los milagros que tanto había pedido 

en mis oraciones llegó un 09 de febrero del 2023. Recibimos la noticia de la liberación de 222 presos políticos en un avión rumbo a Estados Unidos nombrado el vuelo de la libertad. En la lista de pasajeros estaba mi esposo, quien fue retenido un 04 de agosto en La Curia Episcopal de la diócesis de Matagalpa, junto a monseñor Rolando Alvarez, ordinario de la sede, 7 sacerdotes y 2 seminaristas.  Posteriormente fueron trasladados a la cárcel El nuevo Chipote, donde permaneció 6 meses.

Ahora estoy exiliada en este pais que nos abrio las puertas a la libertad, forzada a salir de mi patria dejar mi familia, mi identidad, mis amigos y mi Iglesia particular. Salimos de Nicaragua hacia nuestro hermano país Costa Rica un 29 de Marzo 2023 de forma irregular con temor de ser detenidas en la frontera.  Desde allá iniciamos 

el proceso de reunificación, el cual no fue tarea fácil, después de dos intentos de fallidos y 8 meses de espera, llegó el dia tan esperado. No podía creer que después de 15 meses al fin estaríamos juntos, yo le describo como un milagro. Fue así que un 13 de noviembre del 2023 

en el aeropuerto de Chicago, Maryam, Sergio y yo nos reencontramos. Todo el sacrificio valió la pena ya que mi hija estaba feliz en los brazos de su padre!  Es así que iniciamos nuestra nueva vida.

La liberación de nuestro obispo vino a completar la alegría que nos hacía falta, el Señor nos concedió otro milagro y le confiamos la pronta liberación de nuestro país.

Agradezco a Dios por todos los milagros concedidos, y a mi prójimo en la iglesia de Costa Rica, a la familia Hernandez Quiroz, a la hermana diócesis de Gaylord, 

a monseñor Jeffrey Walsh, a los sacerdotes Wayne Dziekan y el padre Kenneth Stachnik de la parroquia San Felipe Nery y a todos su fieles por sus oraciones, diferente muestras de cariño, ayuda material y gestiones legales.  Agredezco también a Sita Spring y Ruty Bolton por su apoyo, a nuestra comunidad Hispano Americana de la Capilla Nuestra Señora de Guadalupe, por acogernos con cariño y hermandad. Es aquí donde mi fe proclama la universalidad de la iglesia católica porque hablando diferentes idiomas y proviniendo de lugares distintos, la fe es la misma. Estoy eternamente agradecida, 

“yo era inmigrante y usted me acogieron” (MT 25:35)

Con todo lo narrado quiero hacer énfasis en la cita 

del inicio de este escrito que es una promesa de Jesús de que Dios responderá a nuestras oraciones si las hacemos con fe y sinceridad.